Con la nocturnidad que requiere el tema, anoche domingo, la parrilla televisiva ardía en según que canales, y aunque el fuego no quemase, echaba mucho humo.

Las 23:30 la hora señada, anuncio arriba anuncio abajo, como si de unos preliminares se tratase, llegaba el momento, sí, el momento de contar sin cortapisas como a un matrimonio tras un buen montón de años el sexo se les había quedado monótono. A ella le gustaba más el mono-sexo en la intimidad, él no lo confesó ante la cámara, pero tampoco se había caido de ningún guindo, y es que no hay mucho más que inventar, en cualquiera de las 3
dimensiones, el tren ha de pasar por el tunel si quiere cruzar la
montaña.

Sin adolecer de antiguo, me jode profundamente esta visión del sexo que actualmente se nos ofrece, tan llena de aceites, lubricantes y play vibrations, los cuales han sido cotidianizados con nombres glamurosos, para que no averguenzen a los pudorosos al pedirlos hasta en los ultramarinos. Donde está el coito de toda la vida? tenemos que tunear penes y vaginas para seguir disfrutando del sexo?